CRÓNICA MV: CAP. I - JORNADA PREVIA

Salimos a las 7h. Nos esperan casi 4 horas de viaje y queremos llegar con tiempo suficiente para poder realizar todas las actividades previstas.

El viaje resulta muy tranquilo, todo por autopista y no encontramos nada de tráfico. A mitad de camino, una parada para descansar la espalda y liberarnos de las necesidades fisiológicas.

A las 11h llegamos a Valencia y tras unas vueltas buscando aparcamiento, encontramos uno a escasos 300 metros del hotel. Como no podemos hacer el check-in hasta las 14h, nos dirigimos hacia la Ciudad de las Artes y las Ciencias, centro neurálgico del Maratón, en un cómodo paseo a pie de 5'.

Por los alrededores ya se respira ambiente runnero. Llegamos al Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, cuyo interior alberga la expo-maratón con multitud de expositores que nos ofrecen desde productos para la práctica del running hasta información de diferentes maratones.

Tras una comprobación en los listados del dorsal asignado, procedo a retirarlo junto con la bolsa del corredor que contiene una camiseta, una gorra, una braga para el cuello, una toalla pequeña, un gel energético, una bolsa de cuerdas y diferentes folletos promocionales. También realizo la comprobación del dorsal-chip y todo resulta satisfactorio.

Aprovechamos para dar una vuelta por los stands y mirar si encontramos alguna oferta. No me convence nada, pero adquiero un par de geles ya que, despistado de mí, se me han olvidado en casa. Recibo muchos ánimos de compañeros con los que voy coincidiendo, pero los nervios cada vez se van acrecentando.

Es la hora de comer y como ya no nos da tiempo visitar el Oceanográfic, escogemos un centro comercial que está en la zona con un amplio surtido en restauración. De entre todos elegimos una pizzería rápida y damos en el clavo, ya que la comida es estupenda y no nos hacen esperar demasiado.

Se acerca la hora de poder acceder a la habitación y tras recoger las maletas del coche, nos dirigimos al hotel. Nos asignan una habitación excepcional, de estilo árabe y como dijo mi mujer, con una cama de princesas. Dejamos el equipaje y procedemos a visitar la ciudad.

Como mi mujer todavía está renqueante de un esguince en el tobillo y a mí no me conviene caminar mucho, decidimos realizar la visita en el Bus Turístico.

Existen 2 rutas, la histórica y la marítima, con diferentes paradas en las que se puede bajar para realizar una visita mas extensa y retomar la marcha en otro de los autobuses que pasan cada 30'. También es posible intercambiar las rutas en 2 puntos del recorrido.

Nosotros decidimos bajar en la playa y así aprovechar el magnífico día que hace. Tras un paseo por la playa de la Malvarosa, proseguimos la visita en el bus y después de cambiar de ruta, llegamos al centro histórico donde nos apeamos para recorrer las calles mas emblemáticas de la ciudad a pie.

Quedamos maravillados de los edificios y los monumentos. Yo llevo la procesión por dentro ya que no hago mas que ver la linea azul por donde discurrirá el maratón.

Acabamos la visita justo a la hora de cenar y en esta ocasión, el restaurante escogido es un italiano que se encuentra justo debajo del hotel y aunque están desbordados, conseguimos una mesa.

Ceno un gran plato de pasta y subimos a la habitación para poder hacer los últimos preparativos e intentar dormir lo que se pueda. Estoy hecho un matojo de nervios y me cuesta conciliar el sueño, pero al final lo consigo.

CONTINUARÁ...