El año no ha empezado muy bien y hoy lo he podido comprobar en mi segunda participación en el Cros de Ripollet, una dura prueba de casi 6 kilómetros que se disputa en el Parc dels Pinetons de la localidad.
El parón de una semana por el fuerte constipado ha hecho que los músculos hayan perdido el tono y en los dos entrenamientos que he podido hacer antes de esta competición se me han sobrecargado como hacía tiempo no me pasaba. En las horas previas tenía molestias y dudaba en poder afrontar la carrera, pero como ya me perdí el cros de la semana pasada en Vic, he decidido que me lo tomaría como en entrenamiento rápido.
El circuito de esta prueba es bastante duro, con cambios de desnivel constantes e innumerables giros. Se compone de una vuelta pequeña de 950m (C) y dos giros al trazado más grande de 2350m (E).
A pesar de no llegar muy motivado, el haberme encontrado con Pere Pasamonte, un anfitrión de lujo, ha hecho que las ganas florecieran y la espera hasta el momento de la salida no se me hiciera eterna, ya que la carrera no empezaba hasta las 13:50h, una hora poco habitual.
El tiempo al final ha sido de 25'56", un auténtico desastre comparado con el que hice hace 2 años, 23'16".
He tocado fondo y ahora toca reponerse de las molestias para llegar con las pilas cargadas al día 27, momento en el que empezaré la preparación para la Mitja de Montornès.
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